sábado, 30 de septiembre de 2017

MEMORIA DE UN ABUSO SEXUAL CLERICAL

Escribo desde niño y no sólo ahora para sanarme. La costumbre del diario de vida, ya saturado  por el volátil mercado, me ha servido para transitar el borde del abismo, que significa enfrentar los fantasmas del pasado y reconstruir la dignidad después de reconocer que somos sobrevivientes de nuestros propios infiernos.

La persistencia de la memoria, congelada... como mi cuerpo abusado. Entumecido por el espanto que engendra el que se reviste de hábitos para travestir el evangelio y prostituir lo sagrado.

Olvido programado, el que me desespera cuando deseo reconstruir mi propia historia, mi sinapsis no logra recuperar todos los detalles que la morbosidad del mundo desea saber con tanto interés.

Lo contable, lo que se salva es el recuerdo de un joven terapeuta que se descubre a sí mismo, acompañando el dolor de los abusos en otros y otras, víctimas y sobrevivientes; tan resilientes como  lo es el espíritu humano cuando se abraza de la justicia y la verdad.

Comenzar a recordar el espacio del espanto en tu propia historia, la oscuridad de los pasillos de un seminario o la soledad de un celibato mal educado; no resulta placentero cuando la monstruosidad de los que abusan del poder ha arañado la carne viva de tu cuerpo mortal.

Primer deber en el camino de mi reparación, será la mirada realista sobre mi propia fragilidad y las formas ligeras y activas en que durante años transité por mi abuso, sin darme cuenta de la verdad que ocultaba mi propio olvido.

Escribiré lo que la memoria y el pudor me permitan, considerando el riesgo que ello significa, (o al menos fantaseando que se pueda medir el riesgo de ello), porque es recorrido que sana; y un testimonio necesario para mantener fresca la actitud de vigilia al interior de las Iglesias que dicen ser de Jesucristo.

El arte de la terapia y la brutalidad de la realidad se conjugan en algunos cuerpos y ya bien sabemos como nos disciplinan, el aprendizaje social y las ideologías que entusiasman a los adolescentes inquietos, que muchas veces se acercan sedientos a los bordes de un misterio.

Desagradable desnudez esta la de publicarse, exponerse para la pregunta y el comentario... mantenerse de pie y con la frente en alto, ante la morbosidad y la incultura de algunos hermanos que se consideran católicos, pero que actúan como idólatras de una religión enferma y abusadora.

Reconstruir la memoria, atreverse a escribir, desnudarse en la aldea globalizada... mantener el recuerdo de un desastroso pasado religioso, vida consagrada maltratada, escupida y vejada, abusado por quienes debían conducirte en el camino de la santidad, o esa perfección idealizada transformada en mercantil hagiografía, para beneficio de los parásitos de siempre; no puede ser tarea en son de venganza, ni mucho menos basarse en la sospecha de un falso testimonio. La duda, que bien manejan los que encubren a los malechores, es el manto que me cubría hasta que me atreví a denunciar en la Fiscalía a esos monstruosos.

Desde el día en que mi memoria permitió el recuerdo, hasta la denuncia en fiscalía transcurrieron 5 largos años; y en el devenir de este tiempo un recorrido ida y vuelta por mi vida entera. Tránsito confuso en algunos aspectos, sobretodo en el gobierno de las emociones frente a la revelación de mi propia realidad... de las emociones propias y de los otros que se impactan con la historia. Alteridad traspasada de misterio, y en mi caso toda abusada, la que debe ser reparada si es que ud se pregunta que diablos le sucede a un hombre abusado; o al menos en mi caso, esa sería mi respuesta.

Claro está también que lo que ud y yo entendamos por Alteridad, nos presionará en más de algún momento; sobretodo cuando la morbosidad propia del ser humano se desnude en su mente y le surja la pregunta o se imagine un par de cuadros de los que no deseo ser protagonista... creo que ya es suficiente con la misma historia que me atrevo a relatar. Y aclaro esto, porque en el transcurso de un mes y días que nos separan del acto histórico de la denuncia, el molino del mundo se ha encargado de demostrar hasta donde puede llegar el deseo mal parido del sector más conservador de la Iglesia Católica chilena.

Sobrevivir para contarlo, debe ser un testimonio para evitar nuevos episodios de esta espantosa realidad tan macabramente actual en nuestras iglesias, universidades y colegios llamados "de tradición católica"; y no el combustible de las hogueras morbosas inflamadas en el odio hacia la verdad de la espiritualidad, y que sólo desean la opaca mentira y obsenidad religiosa de sus cargos vaticanos.

Y si duda queda, debo aclarar que en el proceso de reparación, mis padres han sido fundamentales, pues con su ternura han soportado mi carácter del demonio y los síntomas propios con que secuelan los cuerpos sometidos a semejante experiencia.

Conociendo las estructuras mentales de los fanáticos católicos, probablemente alguien se preguntará cuanto odio hay en mí... y claro pues, hay mucho!... del que no me arrepiento; pero fíjese que no es hacia la Madre Iglesia, sino hacia las bestias que la prostituyen.

Aquí, en la Iglesia de Valparaíso, varios pastores católicos y luteranos han acompañado con paciencia ecuménica mi transitar desde el odio hacia la redención. Y si sigue con la inquietud, sepa ud. que don Gonzalo, el Padre Obispo de esta diócesis me pidió perdón, a mí y a mis padres; a nombre de la Iglesia y de viva Voz. Ese sr. fue valiente y honesto, hasta el punto de encargarse personalmente de que los antecedentes llegasen a Roma, a la casa generalicia de la Congregación del Santísimo Redentor, para que se investigue como corresponde. Ese nivel de hombría es el que esperamos del episcopado chileno, y no el silencio cómplice de las ratas esposas de Karadima.
Escribo, porque es dolorosamente necesario, en estos días en que Barbara Blaine nos deja como herencia mantener la llama de la verdad y la justicia en el lugar que corresponde.


miércoles, 13 de septiembre de 2017

TEOLOGÍA DE UN CUERPO ENAMORADO



Mascarón de proa viviente
hembra iridiscente
centellante bellatrix
enmarcada en mi tinta
toda china


Encadenado...
a tu nariz
y deseosa de tus besos
ven a mi sombra
a la hora del ángelus


Mi Bonita...
última cena
evangelio de Sarah
y un rosario pa mi pequeña Juana


Papel diamante
tu imagen venera
mi ancla...
un tal Jesús


Cuerpo del detenido
Tú... su resucitada!
Hermosura...
de todas la más bella
De Ferrari y Ramirez de Santillana


Que te envidien las feas
demonias de karadima
por seducir mi poesía...
mi rosario entero...
todo el sacro voto de castidad


Bruja sin llanto
me haces reir...
negrura kafkeana
que pobres idiotas
no entienden franceses



Stein Foucaultiana
tu melena corta
mi autoridad respetada
hermosa oficial luterana
novia del Rabí
en espíritu toda inflamada


Como vela al viento
hierótica profana;
verde tu mirada
danza irlandeza;
alegrìa magistral
almirante de mi armada


Gianinna tan carreriana
discurso a O`Higgins
y la saliva de otra
nos estorba

Guardia de honor
a la nobleza desarmada
vergüenza desatada
de mi valentía...
tú; mi tibia morada


Mí poesía entera
deslumbrada...
caridad enamorada
ilustrísima ilustrada

Mandan en tu casa las mujeres...
en la mía... los hombres
¿y si en la nuestra reina el amor?