Aquí estamos a la espera de que tu rostro aclare el espacio
entre tinieblas a las que has sumido a los hijos del Concilio.
Esperar en medio de este caos de sentidos, nos permite
caminar haciéndonos preguntas, al estilo que nos señala el subcomandante: ¿Por
qué caminamos con tanto miedo?
Algunos misioneros señalaron que el cruce de civilizaciones
traería confusión; y agoreros de plagas nos introyectaron el pecado como
causalidad.
Sin comprender el alcance de su propia culpa, de sus cunas de santos comenzaron a
nacer diabólicos prostitutos sagrados, estériles y afanados en capturar la tan
atrayente luz de vida.
Sus cabezas blancas de lino y sastre italiano ocultaron su
sabiduría, propiciando el surgimiento de las tinieblas que anteceden el umbral
de la liberación.
Cegados por ambición febril, repetían compulsiva y
masturbatoriamente sus espúreos rituales, manchados en sus manos con la sangre del Justo Abel.
La noche invernal cayó sobre la sencillez de todo el pueblo,
transformando la fiesta de resurrección en velorio de cardenal, movilizando
sigilosas fuerzas de la historia.
La estiercolera de Satanás se infiltró en mitras y cátedras,
abriendo paso a sus cortesanos prostitutos sagrados rodeados de porcelana
lautarina.
Animad la Esperanza!!! Pues la oscuridad no prevalecerá ante
la luz de sus mentes subversivas…
Las Santas Putas, la Sabia Bruja y la Loca de Patio nos abrirán las prohibidas
puertas al sagrario de empobrecidos e injusticiadas.
El Verbo ha nacido en cuerpo de niño, hombre de paz y
víctima de traición.
NO Olvideís vuestra memoria creyente, en el crucificado reo
de muerte.
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