martes, 6 de enero de 2015

EPIFANÍA





Aquí estamos a la espera de que tu rostro aclare el espacio entre tinieblas a las que has sumido a los hijos del Concilio.



Esperar en medio de este caos de sentidos, nos permite caminar haciéndonos preguntas, al estilo que nos señala el subcomandante: ¿Por qué caminamos con tanto miedo?



Algunos misioneros señalaron que el cruce de civilizaciones traería confusión; y agoreros de plagas nos introyectaron el pecado como causalidad.



Sin comprender el alcance de su propia  culpa, de sus cunas de santos comenzaron a nacer diabólicos prostitutos sagrados, estériles y afanados en capturar la tan atrayente luz de vida.


Sus cabezas blancas de lino y sastre italiano ocultaron su sabiduría, propiciando el surgimiento de las tinieblas que anteceden el umbral de la liberación.



Cegados por ambición febril, repetían compulsiva y masturbatoriamente sus espúreos rituales, manchados en sus manos con la sangre del Justo Abel.



La noche invernal cayó sobre la sencillez de todo el pueblo, transformando la fiesta de resurrección en velorio de cardenal, movilizando sigilosas fuerzas de la historia.



La estiercolera de Satanás se infiltró en mitras y cátedras, abriendo paso a sus cortesanos prostitutos sagrados rodeados de porcelana lautarina.


Animad la Esperanza!!! Pues la oscuridad no prevalecerá ante la luz de sus mentes subversivas…
Las Santas Putas, la Sabia Bruja y la Loca de Patio nos abrirán las prohibidas puertas al sagrario de empobrecidos e injusticiadas.


El Verbo ha nacido en cuerpo de niño, hombre de paz y víctima de traición.


NO Olvideís vuestra memoria creyente, en el crucificado reo de muerte.


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