sábado, 2 de noviembre de 2013

Día de los Fieles Difuntos


Hoy 2 de Noviembre se celebra en Valparaíso y en toda esta hermosa diócesis el "Día de los Fieles Difuntos"; dedicado a todos esos y esas, cristianos y cristianas que murieron con el aroma de la santidad. 
Aquí se hace urgente y necesario recordar la memoria de un Sacerdote Obrero, asesinado por los perro del poder.
¿Su crimen?: Llevar hasta el extremo el Amor de Cristo.
Sacerdote Miguel Woodward Yriberry... ¿Dónde dejaron tu cadáver?




" Había caído la tarde. Como era el día de preparación, es decir la víspera del sábado, intervino José de Arimatea. Ese miembro respetable del Consejo Supremo era de los que esperaban el Reino de Dios, y fue directamente donde Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Pilato se extrañó de que Jesús hubiera muerto tan pronto y llamó al centurión para saber si realmente era así. Después de escuchar al centurión, Pilato entregó a José el cuerpo de Jesús.

José lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en la roca e hizo rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba. María Magdalena y María, la madre de José, estaban allí observando donde lo depositaban."
(Evangelio Según San Marcos Capítulo 15, versículos 42-47)




Miguel: Junto a Anastasia te preguntamos...

¿Quién será el respetable miembro del Consejo Supremo que reclame tu cadáver al Impune Pilato?


Ciudad de Valparaíso; 2 de Noviembre de 2013. "Fiesta de los Fieles Difuntos"

domingo, 29 de septiembre de 2013

Iglesia de Valparaíso: Impunidad, Traición y Pecado de Omisión. Reflexiones 40 años después.

Mons. Emillio Tagle. Celebrando Te Deum en Iglesia Catedral de Valparaíso.
(Fuente: Documental "Una Vida Verdadera. El Sacrificio de Miguel Woodward")

¿Donde estaban los Obispos de Valparaíso el 11 de Septiembre de 1973?

A cuarenta años del hecho histórico que ha marcado el tejido social de nuestra República, y en medio de la sobre producción audiovisual que ha acompañado este 40 aniversario de tan controversial fecha; la pregunta cobra validez para poder reflexionar sobre el rol de la Iglesia de Valparaíso durante este periodo histórico, y las implicancias que esta acción ha significado en la labor pastoral en medio de la gente sencilla de la Iglesia Local de Valparaíso, entendiendo que esta porción del Pueblo de Dios, también es parte de la historia de Chile y no vive aislada de los conflictos sociales que se desarrollan en nuestro territorio. El mismo Concilio Vaticano II da cuenta que "La diócesis es una parte del Pueblo de Dios que se confía a un Obispo para que la apaciente con la colaboración de su presbiterio. Así, unida a un pastor, que la reúne en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular. En ella está verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica" (Decreto Cristus Dominus n°11)

Comprendiendo que después de cuatro décadas la temática de la dictadura cívico-militar, aun es una herida abierta para una parte importante de la población, poder reflexionar en relación a las lecciones que podemos aprender de esta tragedia histórica, ilumina el caminar hacia un presente y futuro que permitan reconstruir relaciones sociales sanas que nos congreguen en la tan manoseada reconciliación.
El quicio de la reflexión, será como siempre en este espacio, el acervo de la Psicología de la Liberación; desarrollada por el Jesuita Ignacio Martín Baró, asesinado por un comando militar en la República Martirial del Salvador el 16 de Noviembre de 1989. El psicólogo hispano-salvadoreño, no sólo desarrolló su trabajo en función de la Liberación de los pueblos oprimidos por la violencia institucionalizada; sino que desde la preocupación por la salud mental de la población, en su mayoría vulnerable del continente, escribe en la Navidad de 1988 la introducción a su Obra: "Psicología Social de la Guerra: Trauma y Terapia". En ella nos señala que : "Dos eran los grandes tipos de problemas a enfrentar. Ante todo, estaban las víctimas directas de la guerra: jóvenes heridos o lisiados, viudas y huérfanos  familias deshechas o traumatizadas. Pero estaban también las víctimas de esa otra guerra, la llamada "guerra sucia" que es la represión: personas perseguidas o torturadas, familiares de presos, "desaparecidos" y asesinados" (Martín Baró, Ignacio. "Psicología Social de la Guerra: Trauma y Terapia". UCA Editores. Tercera Edición. San Salvador. 2000. pág. 13).


Miguel Woodward Yribery. 


Sacerdote Detenido y Desaparecido. 
Torturado y Asesinado en el Buque Escuela "Esmeralda" por efectivos de la Armada de Chile.






El emblemático caso del Sacerdote Miguel Woodward Yriberry, será considerado como caso índice para efectos de esta reflexión, no tan sólo por los acontecimientos que se han sucedido en los últimos días; cómo el zarpe improvisado del Buque Escuela Esmeralda para evitar la "Funa" pacífica de sus amigos y familiares, o el lanzamiento del libro que escribiera su hermana Patricia y su cuñado Fred  "La Inacabada búsqueda de Verdad y Justicia por la muerte de Miguel Woodward".  
A nuestro juicio, en la detención, tortura con efecto de muerte y posterior desaparición del cuerpo del sacerdote; se prefigura el martirio de un seguidor de Jesús de Nazaret; quién movido por su fe encarnada en la historia de su propio pueblo sufre el mismo destino que su maestro hasta el extremo de ser asesinado. En este artículo no se pretende afirmar la santidad de un testigo en el martirio; sino más bien, se pretende dar cuenta del proceso psicosocial que desde la impunidad ha mantenido una cicatriz latente por ya cuarenta años; y que se condice con la historia de los más de 3000 casos registrados en el informe Rettig y los otros miles de la comisión Valech.

La particularidad de la vida y ministerio sacerdotal de Miguel Woodward radica en el quicio histórico en que transcurre su formación como seminarista en una década de profundas transformaciones teológicas y pastorales promovidas desde la Celebración del Concilio Vaticano II (1962 - 1965) y la Conferencia de Medellín (1968). El despunte de la Teología de la Liberación y su preocupación como cura-obrero en el "Astillero Las Habas" durante el gobierno de la Unidad Popular; su labor académica en CESCLA y su innegable compromiso con su pueblo desde su militancia política en el MAPU o el trabajo social en la JAP hasta el día de su detención, nos grafican a un hombre totalmente involucrado con el desarrollo del Reino de Dios en medio de la historia de este territorio particular de la Diócesis de Valparaíso.

La descarnada detención, tortura y desaparición:

El 22 de Septiembre de 1973 es apresado y sufre los primeros apremios en la Casa Central de la Universidad Técnica Federico Santa María, lugar usado como centro de detención y tortura en aquel momento. Posteriormente es derivado a la Academia de Guerra, donde continúa el interrogatorio y la tortura. Será desde allí donde será trasladado al Buque Escuela Esmeralda; donde morirá de un paro cardíaco, producto de la violencia del interrogatorio. El último en tener contacto registrado con el cadáver del sacerdote, fue el capellán naval Eduardo Stangher Abel, quien administró la extrema unción "in articulo mortis" en la morgue del Hospital Naval. (Crouzet, Edward. "Sangre Sobre la Esmeralda: Sacerdote Miguel Woodward. Vida y Martirio". Ediciones ChileAmérica, CESOC. Santiago de Chile. Tercera Edición. 2005. Págs. 170-175.)

Los sucesos que ocurren posteriormente a su último sacramento, son los que se pierden en la nebulosa de la Impunidad que ha rodeado su caso; y trascurren en un incesante cúmulo de relatos confusos, entre la ineptitud de las autoridades diocesanas que no fueron capaces de recuperar su cuerpo y dar cristiana sepultura en la cripta del clero diocesano; y la deliberada acción de efectivos de la Armada que le hicieron desaparecer en una fosa común del Cementerio N°3 de Playa Ancha; lugar donde actualmente se emplaza un memorial con una Lápida recordatoria del Sacerdote Mártir.


En este punto de la reflexión, vuelvo a formular la pregunta que inicia el artículo: ¿Donde se encontraban los Obispos de Valparaíso el 11 de Septiembre de 1973? Tanto Mons. Emilio Tagle, en ejercicio en la época; cómo el actual Mons. Gonzalo Duarte, posteriormente obispo castrense; ¿Dónde estaban?¿Cuál fue y ha sido la respuesta de estos pastores frente a tan grosero asesinato de un miembro de su clero?.
Evidentemente es una pregunta retórica, que se extiende en una interrogante del rol de la Iglesia de Valparaíso, (representada en su cabeza por el Obispo quien apoyado por su clero, tienen la misión de pastorear al Pueblo de Dios) durante los 17 años de la dictadura cívico-militar; y en los años posteriores al retorno de la democracia. ¿Por qué este crimen sigue aún Impune?¿Por qué razón se ha ocultado sistemáticamente la información de este caso, manejándose de manera incómoda sólo en la misa crismal los últimos años? ¿Por qué razón la Iglesia particular de Valparaíso no ha participado activamente en el proceso que se lleva a cabo en los Tribunales de Justicia de la ciudad puerto, dejando a los familiares manejar el caso en la esfera de lo privado?.


Impunidad y Traición: Elementos de una Herida que no Sana.

No sólo el hecho sangriento de la tortura y desaparición nos despierta la inquietud investigadora y motiva la reflexión. El contexto de guerra psicológica, el terror premeditado que se le infligía a la población civil y la descarnada represión sistematizada por efectivos de la Armada de Chile; nos posicionan en el terreno de la psicología de la liberación desde una perspectiva que contribuya a comprender los fenómenos psicosociales que vivimos en la actualidad. "En documentos de la Vicaría de la Solidaridad se señalan los efectos psicológicos en la población de la situación represiva: "La intensidad y fuerza que adquirió la represión tiene su base en la necesidad de destruir al enemigo, por la concepción de guerra, en la cual se basa su ideología (lo que) provocó un trauma colectivo en la gran mayoría de la población" (Lira, Elizabeth. "Guerra psicológica: intervención política de la subjetividad colectiva" En: Martín Baró, Ignacio. "Psicología Social de la Guerra: Trauma y Terapia" pág. 148).

El recurso utilizado por las fuerzas represivas, no sólo fue la detención, tortura y desaparición del sacerdote-obrero; sino el manejo del diario "La Estrella de Valparaíso", que en su edición del 22 de Septiembre de 1973, relata la detención de un pseudo sacerdote, quién fue sorprendido en actividades subversivas; acusándole en un medio de circulación regional, a través del falso testimonio, de incluso violación de adolescentes. Cuarenta años después se comienza a esclarecer en parte el destino compartido con el Maestro de Nazaret, quien también fue llevado al Gólgota con la misma estrategia. Las dudas asaltan, nuevamente, en relación a los miembros del clero; quienes hasta el día de hoy no han desmentido los hechos; y queda espacio para pensar que no estuvieron muy preocupados del montaje mediático que se realizó con la cooperación de la Armada y el Mercurio de Valparaíso, medio al cual pertenece el matutino "La Estrella".



Extracto diario "La Estrella de Valparaíso" del 22 de Septiembre de 1973
(Fuente: Documental "Una Vida Verdadera")

En relación a los efectos psicosociales de la guerra psicológica, Elizabeth Lira concluye que : "Un efecto psicosocial observable tiene relación con el miedo, el terror y las respuestas individuales y colectivas que se desarrollan en este contexto. Puede afirmarse que durante el régimen militar chileno, el miedo se ha constituído en un instrumento psicológico utilizado con fines políticos, planificado científicamente y destinado a influir en la conducta social y política de la población". Posteriormente agrega: "El uso del terror ha sido un método psicosocial de profundo significado y efecto político. Por ello, este método de control debe ser develado y expuesto, identificando plenamente sus propósitos con el fin de contribuir a la generación de un procesos efectivamente democrático. Un pueblo manejado por el terror se hace dependiente, intimidable e incapaz de proyectarse hacia el futuro de manera autónoma". (Martín Baró, Ignacio. "Psicología Social de la Guerra: Trauma y Terapia". UCA Editores. Tercera Edición. San Salvador. 2000. pág. 157).

Es esta una de las dimensiones que se invisibiliza con la impunidad que se sostienen hasta hoy por los velados mecanismos institucionales que no permiten esclarecer la verdad y poder iniciar el proceso reparatorio necesario para así, desde la justicia efectiva, comenzar a diseñar estrategias que nos conduzcan a una reconciliación verdadera, y si es cierto lo que nos señala Jon Sobrino sobre la noción de Reino de Dios, será de esta manera, integrando el hacer de de los hombres, que el Reino exige de la conversión, que se traduce en un "hacer" de quien oye el anuncio de la Buena Noticia: "la esperanza que deben llegar a tener los pobres, el radical cambio de conducta que deben hacer los opresores, las exigencias a todos de una vida digna del Reino" (Sobrino, Jon. "Jesucristo Liberador. Lectura histórica-teológica de Jesús de Nazaret" 4ta. ed.  UCA. El Salvador. Pág. 138). En este sentido, se toca desde la psicología de liberación, un vórtice que se comparte con la teología del mismo nombre, pues será en el terreno de la escatología donde se juega finalmente el reclamo de las víctimas. Gustavo Gutierrez lo describe magistralmente cuando nos señala que: "Finalmente el descubrimiento, en teología, de la dimensión escatológica ha llevado a hacer ver el papel central de la práxis histórica. En efecto, si la historia humana es, ante todo una abertura al futuro, ella aparece como una tarea, como un quehacer político; construyéndola, el ser humano se orienta y se abre al don que da sentido último a la historia: el encuentro definitivo y pleno con el Señor y con los demás" (Gutierrez, Gustavo. "Teología de la Liberación: Perspectivas" 12va ed. CEP. Lima 2000). 
Y aquí, nuevamente me cuestiono si no será esta búsqueda de verdad, de sacar de la impunidad a los criminales de comisión y omisión, la labor de una Iglesia que se entiende a sí misma donde "En ella está verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica" (Decreto Cristus Dominus n°11); ¿No será que podemos hacer carne las palabras del Maestro: "Conoceréis la Verdad; y la Verdad os hará Libres" (Lc. 8: 32)?

La Desaparición del Cuerpo del Sacerdote, como prefigura de la desaparición de los "otros" Cuerpos. Las Víctimas de Abuso Sexual por miembros del Clero de Valparaíso.

Un antiguo principio en moral señalaba que no se podía juzgar la interioridad de la persona; pero que si se podían juzgar sus acciones. Acciones que se dan en una situación histórica determinada y que tienen también consecuencias. Utilizando este principio, no se pretende juzgar la estatura moral de los obispos de Valparaíso; ni tampoco de su clero, pero si hay hechos que hablan por si mismos y no se pueden negar.
El acto de abandono del que fue víctima el Sacerdote, incluso en momentos en que yacía su cuerpo inerte en la morgue del Hospital Naval, es un hecho "escandaloso" a la vista de cualquier ciudadano que se quiera revestir de la dignidad cristiana. El mismo Jesús, una vez muerto en la cruz, fue reclamado por un alto dignatario del Sanedrín, de nombre José proveniente de Arimatea. El hombre que no compartió los planes y los actos del resto de su institución, se hace cargo del cadáver de una victima inocente y le da digna sepultura. (Lc. 23: 50-53).
Este gesto tan solemne, que permite iniciar el proceso de duelo tan necesario para la salud mental de la población; ha sido negado sistemáticamente a los familiares y amigos del Sacerdote Chileno-Británico; y es un acto de extrema crueldad, avalado por la institución de la Armada, quien aun después de 40 años, no responde por este ignominioso crimen. Lo que parece aún más escandaloso, es que la institución de la Diócesis de Valparaíso, y el cuerpo de Capellanes Navales, parece al menos cómplice de esta desaparición con tan prolongado y cobarde silencio frente a estos hechos.
El caso es emblemático, considerando la cifra de casos entregados oficialmente por el informe Rettig en cuanto a las víctimas DD.DD durante la dictadura cívico-militar; o las víctimas de Tortura consignadas en el posterior Informe Valech. Todo lo anterior, sin contar con los relatos que no se integraron a estos informes por miedo o desinformación de todas las víctimas que sufren en silencio la huella de la organizada represión de estado.

Esto da paso a pensar, en la defensa corporativa que se ha tejido desde las esferas de poder, para mantener la impunidad de estos crímenes y manejar de forma espúrea una mal entendida reconciliación. Se invita al perdón; algunos más desalmados siguen invitando a poner la otra mejilla; y sin embargo se sigue con el lastre del dolor no reparado; con el sufrimiento de seres humanos que en sentido amplio son hijos e hijas de Dios, que tienen dignidad ante la ley de Moisés y sobretodo ante la Ley de Cristo (Mc. 12: 28-34)
¿Y la Iglesia de Valparaíso que hace al respecto?: Calla!.
¿Acaso ya no enseñan en la Catequesis, que ese tipo de silencio ignominioso es Pecado de Omisión?

Y este Pecado de Omisión, no sólo sostiene el crimen en la impunidad después de 40 años. Tampoco permite procesos humanos tan importantes como el duelo; o en términos de justicia vindicativa poder cerrar una etapa con la condena de los culpables, que los colegas de CAVAS pueden atestiguar que ayuda al proceso reparatorio de la víctima, saber que su victimario fue juzgado.

Toda esta in-humanidad, esta frialdad y distancia emocional con el que sufre, cuestiona profundamente los postulados teológicos-pastorales que definen una Iglesia Local, considerando lo señalado anteriormente: "Así, unida a un pastor, que la reúne en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular" (CD 11). Si se ha sostenido en la impunidad durante 40 años este crimen, ¿qué tipo de Espíritu Santo nos reúne?¿Qué tipo de Evangelio se anuncia? y ¿Qué tipo de Eucaristía se celebra?

El caso del cuerpo desaparecido del Sacerdote Miguel Woodward, es un caso donde desapareció también de su representacion social al interior de la Iglesia entendida como Pueblo. Los pastores se dieron el trabajo de callar y hacer que su memoria creyente como testigo se extinguiera en los recodos de la historia No contada. Han traicionado a su hermano y eso debiese ser motivo de reflexión profunda en quienes se comprenden como seguidores de Jesús de Nazaret. Caín; ¿Donde está tu Hermano? (Gen: 4,8).

Sin embargo, no basta con fijarse en sólo la historia pasada, pues sabemos que esto no son hechos aislados, sino que responden a una forma orgánica y muy bien pensada de actuar.
Lamentablemente el actuar con desdén de las autoridades eclesiásticas ha traspasado las generaciones y hoy nos enfrentamos a otros desaparecidos; simbólicamente invisibilizados.
¿Cuántos son los casos de abusos sexuales, cometidos por miembros de este clero, que se han denunciado de forma responsable en los tribunales civiles por parte de la misma institución?
¿Existe conciencia clara de los procedimientos que se deben realizar tanto a nivel civil como eclesiástico?
¿Se saben las irregularidades que se cometen en el manejo de estos casos?
¿Alguien puede fiscalizar el debido procedimiento en instituciones tan dadas al silencio cómplice?

El caso de Miguel Woodward no sólo es una lección a 40 años del Golpe Militar que según algunos se gestó y comenzó en Valparaíso; sino que es una lección para el presente y futuro de los ciudadanos de esta ciudad puerto. ¿Que hubiese pasado si en vez de celebrar con vino espumoso el arribo de los militares al poder, se hubiesen preocupado de las Viudas, los Huérfanos y los Extranjeros que sufrían el peso de la brutalidad enajenada?

¿Qué pasará con los "otros cuerpos", esos que han sido ignorados y ocultados probablemente por la vergüenza que les produce violar y abusar de niños y niñas, "Templos del Espíritu Santo", Sagrarios Vivos de la presencia Real de Cristo en medio nuestro? ¿Porqué se escandalizan tanto de una profanación a una Catedral, que es edificio inerte, y no rasgan vestiduras por la profanación del cuerpo de un ser humano? ¿Porqué cuando los bárbaros rompen las imágenes de piedra de los templos, se hacen gestos reparatorios con "prensa" incluida, y no se puede hacer lo mismo con los templos vivientes de los hermanos y hermanas, victimas del abuso de poder?

Para finalizar la reflexión, quisiera citar las palabras del Concilio Vaticano II, que seguramente iluminaron junto al Evangelio del Dios Vivo, el actuar y las decisiones tan conscientes del Sacerdote-Obrero Miguel Woodward Yribery. "La Conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella" (Constitución Gaudium es Spes. N° 16)

Valparaíso, 29 de Septiembre de 2013. 
Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

martes, 22 de enero de 2013

Tiene Sentido una Psicología de la Liberación Hoy?

En medio del complejo panorama psicosocial que se ha generado en el primer gobierno de la Alianza de Derecha Neoliberal, 20 años después de la recuperación de la democracia; las preguntas al psicólogo clínico comunitario se amplifican desde el box de atención a la realidad cotidiana observada en las barriadas porteñas y rurales. 

Si no se han entrampado en el sin número de "famas extranjeras y lisonjas fugaces" que el mercado de la psicología ofrece al mejor postor por toda institución que lucre con la educación de nuestra noble profesión; tendrá la lucidez suficiente para poder descubrir lo que en el núcleo del Proyecto de la Psicología de la Liberación del Jesuíta Ignacio Martín Baró; después de 24 años de su sangriento martirio; aparece como quicio donde gira su propuesta teórico-práxica: La tensión histórica en que el pueblo empobrecido, explotado y maltratado de esta tierra Afroamerindia, ha tenido que Resistir desbordando cualquier tratado sobre Resilencia que podamos obtener en biblioteca. 

La resistencia que el psicólogo hispano recupera como testigo privilegiado en la memoria Salvadoreña, es una resistencia enraizada en una experiencia espiritual y sangrienta desarrollada en medio de la historia de la República Martirial del Salvador. Será la experiencia desastrosa de la guerra civil la que provoca a la Psicología Social, después de su propia crisis normativa vivenciada en las décadas anteriores.¿Psicología al servicio del opresor o psicología al servicio del oprimido? ¿A qué señor sirve el psicólogo?¿Al dinero o al oprimido?¿Se Puede servir a dos señores?. Estas preguntas que no logra desarrollar el fundador de la Psicología Liberadora, se pueden discernir de su propia búsqueda tan ampliamente registrada estos últimos años; y en este sentido podremos usar ese lugar común de que "Para plantear una psicología de la Liberación; hay que proponerse la liberación de la misma psicología". 

Este blog pretende desarrollar este cuestionamiento a lo largo del tiempo que la complejidad de la realidad lo permita; y continuando con mi propio trabajo de tesis para obtener el título de psicólogo en la Universidad Arcis de Valparaíso, tratando de describir lo que he "visto y oído" en nuestra propia realidad Afroamerindia. Si en Chile se cuestiona el aumento en los índices de TDA + H (Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad), con el consiguiente negocio para las farmaceúticas que fabrican y distribuyen el polémico Metilfenidato; o si en Guatemala se tortura y masacran comunidades de pueblos originarios (con un ignominioso trauma en el tejido socioemocional de esas comunidades) son materias que poco o nada se encuentran en los discursos que posiciona diabólicamente la psicología hegemónica, que se nos impone desde el norte. Finalmente, lo que se encuentra en juego, no sólo es la salud mental de las comunidades; sino que el respeto a sus derechos inalienables de libertad y autodeterminación, que se sostienen (por lo menos desde esta perspectiva) en el registro espiritual de estas comunidades. 

Si seguimos, no de forma literal y fundamentalista, el pensamiento escrito del Testigo Martirizado que nos inspira a desarrollar este proyecto; debiésemos entrar en la descripción de lo que se comprende como la tensión entre religión del orden y religión subversiva. Esta propuesta no es prurito de originalidad u obsesión de fanatismo religioso; sino que responde a la realidad de esta tierra Amerindia. Desde el misionero Mormón que desde Salt Lake City, se encarama en los cerros de Valparaíso, hasta el Comunero Mapuche que lucha por su pueblo en Vilcún, pasando por un sin número de expresiones cotidianas de servicio y entrega, entenderemos que todas ellas comparten un factor en común,(más allá de los estrechos límites de lo que entendemos como religión) la modelación comunitaria desde un registro espiritual que constituye el relato guía de la acción de estos individuos en sus propias comunidades, que se conforman a la imagen de Dios (o del Mysterio) que cargan en su memoria colectiva y que se transforma constantemente, si le creemos al interaccionismo simbólico. 

De todo lo anterior, poco y nada se descubre seriamente en el ejercicio de la profesión del psicólogo; y lo que es peor, no se descubre ni siquiera en la formación de pregrado. La labor de desideologización y de reconstrucción de memoria (desde los empobrecidos y vulnerados) no se podría comprender si no tomamos en cuenta este proceso psicoespiritual (y que claramente el modelo médico ha desdeñado por siglos). La propuesta de una Psicología de la Liberación no sólo es válida hoy; a mi juicio y tratando de no apasionarme demasiado, es Urgente y de ella dependerá el futuro de pueblos enteros que hoy sufren el peso y la furia de la opresión. Finalmente esta Psicología de la Liberación necesita liberarse de la propia psicología institucionalizada, rígida y homicida; para reconocer y recuperar el capital espiritual, multiple, diverso y sorprendente de nuestra amada tierra Afroamerindia.